King Kong

Nueva York, 1933. El teatro de variedades es una fuente de paro en medio de la Gran Depresión.

Ann Darrow se queda sin trabajo pero se resiste a reconvertirse en una sonrisa de vodevil. Por una manzana, en la nada edénica Gran Manzana, conoce a Carl Denham, un cineasta, empresario, cuentista y aventurero que intenta hacerse un hueco en la voraz selva del mundo del espectáculo. Denham, enterado de que los productores están dispuestos retirar la financiación de su última e inacabada película, sin dudas ni remordimientos ha optado por robar la copia, engatusar a quien precisa, guionista incluido, y embarcarse en una expedición que les llevará a una remota isla en la que rodar la nueva versión de su película.

Sin embargo, un telegrama, una inoportuna niebla y el brillo dorado de los rubios cabellos de Ann les conducirán hasta una frondosa selva poblada de criaturas prehistóricas y habitada por un gorila gigante: King Kong.

Denham, devorado por su inconmesurable apetito de grandeza ve la fama que puede reportarle lo que allí ha encontrado. Cuando, tras mil avatares y varias muertes, la cámara quede destruida Denham se aferrará a que la realidad supera a la ficción: ¿porqué conformarse con una copia en celuloide cuando puede disponer del original en carne y hueso?.