Steamboy

Londres, 1866. En los días previos a la Exposición Universal, escaparate tecnológico de la Inglaterra victoriana, un joven inventor fascinado por los mecanismos acaba en el centro de una batalla sin cuartel, entre su abuelo y su padre, por el control de un ingenio denominado 'steamball' -bola de vapor- capaz de generar una cantidad ilimitada de energía que el abuelo envía al joven Ray Steam para que la ponga a salvo de las avariciosas manos de su padre. El joven deberá elegir entre la postura argumentada por su padre: compartir la tecnología con las masas, eso sí, canalizada e incentivada por vía de la iniciativa privada, y la posición defendida por su abuelo: es contraproducente dar al público un regalo tan peligroso, sobre todo desde el prisma del interés particular. Ray Steam tendrá que mediar entre las polarizadas posturas de los mayores que han conformado su mundo y, sobre todo, deberá aportar una solución al intestino conflicto establecido entre ellos. Tres generaciones familiares envueltas en la nube del vapor progresista estigmatizado por una codicia nacida de las frustaciones e insatisfacciones personales.

Código 46

La clonación humana y la fecundación 'in vitro' están a la orden del día. La concepción natural ha quedado relegada a un acto artesano que la dura normativa genética vigente sólo autoriza entre individuos con el ADN compatible; de no ser así, se incurre en una violación del código 46.

En este futuro próximo ya no se utiliza DNI o pasaporte y unos pocos afortunados disponen de una póliza de seguro que garantiza su control y les permite viajar. Quienes no poseen visado, no pueden salir y si no consiguen un seguro de residente acaban malviviendo en las afueras de las grandes ciudades de las que han sido expulsados.

El gobierno se reserva la potestad de borrar parte de la memoria de aquellos ciudadanos que considere recuperables para la causa en función de su historial y de la gravedad de la infracción cometida.

William, felizmente casado y con un hijo que le adora, trabaja como investigador para una empresa de Seattle y es enviado a Shanghai con un seguro de tres días para resolver un caso de falsificación detectado en la empresa que emite los codiciados visados que permiten salir y entrar libremente de la ciudad. William, además del visado temporal, posee la facultad de leer la mente de los demás cuando responden a unas inocuas preguntas gracias a un virus empático que le ha sido inoculado como herramienta profesional.

María trabaja en la empresa investigada y, conocida su tendencia antisistema, es una de las sospechosas de la falsificación. Cada noche de cumpleaños sueña que recorre las estaciones del metro en busca de alguien, en busca de su propio destino. El día que William aparece en la empresa es su aniversario. Durante el interrogatorio, Samantha se apercibe que William es el hombre de sus sueños de cumpleaños. Por su parte, William nota que se está enamorando de la falsificadora de visados y no duda en alterar la resolución del caso con tal de salvaguardar la integridad de María y conseguir nuevos desplazamientos a Shanghai para así seguir encontrándose con ella.

Las implicaciones del código 46 acabarán erigiéndose entre ellos como si de un muro se tratasen.

Frágil

Venus, 25 años, dulce, romántica y no muy atractiva, vive con su estoico padre en un aislado valle del norte. Ambos trabajan en el campo y fabrican miel de flores. Su relación siempre ha sido cordial pero carente de cualquier muestra de cariño.

A los 9 años, un niño que abandonaba el valle dió a Venus su primer y único beso. Ambos se juraron amor eterno y, desde ese momento, día tras día, ella ha esperado en vano su regreso.

Cuando una mañana el padre aparece muerto, Venus abandona su hogar y sale en busca del amor perdido y de sus sueños, unos sueños que han tenido como única banda sonora la canción 'Venus' interpretada por Frankie Avalon.

No muy lejos de allí, David, un joven actor, magnético y arrogante, aguarda el comienzo del rodaje de la superproducción de Hollywood de la que será protagonista. La idea de empezar a ser deseado y querido por millones le tortura... porque le gusta más de lo que él quisiera.

David y Venus se encontrarán pero el mundo real no es exactamente igual que los cuentos que ella leía de niña.

Sévigné (Júlia Berkowitz)

Júlia Berkowitz es la directora estrella del Teatro Público. Su vida da un giro inesperado cuando decide poner en escena una obra sobre Madame de Sévigné, marquesa parisina famosa por las 'Cartas de amor' que envió a su hija.

Júlia deberá elegir entre su esposo —un respetado e influyente crítico teatral—, su amante —el atractivo programador del Teatro Público— y la imprevisible autora de la obra sobre Madame de Sévigné que se gana la vida trabajando como realizadora de televisión.