Million dollar baby

Al igual que un boxeador durante un combate, mantiene la guardia en alto mientras va soltando golpes con una mano para, una vez ganada nuestra confianza, dejar ir con la mano perezosa un golpe demoledor que le tumba a uno en la moqueta de la sala y cuando se recobra la consciencia, el cuadrilátero que había en pantalla se ha convertido en una habitación de la que parece imposible salir y que, ¡oh! magia del cine, nos hace sentir como si estuviéramos mar adentro.
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