El sabor de la sandía

En su bloque de apartamentos, la joven se encontrará con Hsiao-kang, un vendedor ambulante de relojes reconvertido en actor porno. La relación entre ambos y de cada uno con el entorno que les rodea, poblado de seres estrambóticos y marcado por la acuciante sequía que azota la ciudad, hará que la imaginación produzca un estallido de color allá donde más se sufre la deshidratación de la soledad y la alienación: en las fantasías.
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