Los increíbles

Mr. Increíble es un apolíneo super-héroe a quien se le acumula la faena. Camino de un compromiso ineludible oye por la radio de su coche que la policía está persiguiendo a unos villanos por las calles de la ciudad. Como tiene tiempo y le pilla de paso, decide acercarse a echar una mano. Poco antes de alcanzar la intersección con los malos, una abuelita requiere su ayuda para que baje a su minino de la rama a la que ha trepado. Mr. Increíble no tiene mucho tiempo pero se pone manos al árbol porque no va a dejar en la estacada a la abuelita. Por supuesto que consigue rescatar el gato y detener a los villanos. De nuevo en camino hacia su cita, oye el aviso del robo de un bolso y se desvía para atrapar al ladrón en una azotea. No hace más que esposar al ratero cuando, en el edificio de enfrente, un ciudadano cae desde lo alto de un rascacielos. Mr. Increíble calcula el salto e intercepta la caída del hombre arrastrándolo al interior de unas oficinas del edificio, con tal fortuna que pilla a Bomb Voyage reventando la caja fuerte de la empresa. El asunto se complica cuando aparece un fan de Mr. Increíble con ganas de participar en la fiesta. Con un ciudadano herido, un ladrón pillado con las manos en la masa y un fanático emulador rondinando, Mr. Increíble opta por despachar a casa al joven seguidor pero Bomb Voyage, muy cuco él, aprovecha para colocar una bomba en la bota del despechado fan cuando éste se marcha volando por la cristalera. Mr. Increíble abandona al ladrón para liberar al joven de la bomba que lleva inadvertidamente adherida. En el forcejeo, bomba y Mr. Increíble caen a las vías del tren. La bomba explota y secciona el puente justo cuando un convoy se acerca. Para evitar que el tren se precipite al vacío, Mr. Increíble se lanza hacia la máquina para, justo a tiempo, detener el convoy y llegar a su prometido encuentro.

Sin embargo, después de estos acontecimientos, a Mr. Increíble se le acumulan las demandas. El hombre a quien salvó de su caída, evitando así su suicidio, le ha demandado por daños físicos y morales. Los pasajeros del convoy también le han demandado por los daños físicos sufridos en el brusco frenazo. Es el comienzo del fin de la aceptación social de los super-héroes. El gobierno pone en marcha un plan de ocultación de super-héroes para reinsertarlos socialmente como ciudadanos normales. Y así nos encontramos unos años más tarde a Mr. Increíble, casado y con tres hijos, trabajando en una empresa de seguros como parte del plan de reinserción de toda su familia, pues todos ellos tienen superpoderes. Sin embargo, ahora se las tiene que ver con su tiránico jefe y con las embrolladas cuestiones domésticas. Cuando era super-heroe sabía como salir con bien de las situaciones pero su actual ritmo de vida le está conduciendo hacia un callejón sin salida.

Un día, recibe un mensaje y a partir de ahí se empezará a fraguar la entidad familiar de "Los Increíbles".