Polar Express

Una nevada nochebuena, un niño espera acostado con todos los sentidos alerta para no perderse la llegada de Santa Claus. La espera va más allá de los regalos que le pueda traer pues lo realmente importante es confirmar que aún puede oír el tintineo de los cascabeles del trineo, signo de que aún no ha perdido el sentido de la ilusión ni la capacidad de sorpresa.

Falta poco para la medianoche y la tensión de la espera empieza a hacer mella en él cuando un ruido en el exterior le hace salir de la casa, en bata y zapatillas, para encontrarse ante el Expreso Polar, tren que ofrece a los niños la posibilidad de asistir al mágico momento en que, en el remoto Polo Norte, Santa Claus inicia su recorrido para repartir los juguetes. El chico debe decidirse rápido porque el tren tiene más paradas que hacer antes de llegar a su destino... y sólo faltan cinco minutos para la mágica hora de la medianoche.