Primer

Cuatro ingenieros aplican su tiempo de ocio, en el garaje de uno de ellos, en un intento de conseguir liberarse de las cadenas de asalariados que los atan a sus respectivas empresas. Las cosas no están marchando todo lo bien que les gustaría y las diferencias entre ellos empiezan a perfilarse, tal como puede apreciar la discreta mujer de quien aporta el garaje como sede social y la cocina como sala de reuniones de la, en apariencia, comuna ingenieril.

Tras la última reunión, Aaron, el propietario de la casa, ve claro que cuatro son multitud cuando los puntos de vista son dispares y los demás no sienten lo que uno. Con la excusa de tener que fumigar el garaje consigue suspender temporalmente el equipo y así ganar un poco de tiempo para reflexionar sobre la continuidad del grupo de trabajo. Mientras tanto, sigue investigando con Abe, uno del temporalmente disociado equipo, en un nuevo proyecto científico: un artilugio para reducir el peso de un objeto mediante la compensación de la fuerza de la gravedad. Para ello, además de su tiempo de ocio, no dudan en aportar materiales propios: el catalizador del coche, el gas freón de la nevera, la cámara de video, etc.

El proyecto de Aaron y Abe avanza y empiezan a conseguir los primeros resultados. Sin embargo, sea fruto de la casualidad o del capricho cuántico, "la caja", como ellos llaman al dispositivo, no sólo reduce la masa gravitatoria sino que es capaz de alterar la percepción del tiempo.