El sabor de la sandía

Tras una estancia en París, la joven Shiang-Chyi se encuentra de nuevo en Taipei.

En su bloque de apartamentos, la joven se encontrará con Hsiao-kang, un vendedor ambulante de relojes reconvertido en actor porno. La relación entre ambos y de cada uno con el entorno que les rodea, poblado de seres estrambóticos y marcado por la acuciante sequía que azota la ciudad, hará que la imaginación produzca un estallido de color allá donde más se sufre la deshidratación de la soledad y la alienación: en las fantasías.

Wallace & Gromit: La maldición de las verduras

El Concurso Anual de Verduras Gigantes se acerca. Wallace y Gromit han montado un negocio de control humanitario de plagas que les está reportando pingües beneficios. Nadie quiere arriesgarse a sufrir un ataque de alimañas, básicamente conejos verduleros, que le arrebate la opción al primer premio. Sin embargo, los concursantes son también personas sensibles y valoran disponer de una protección que no sea violenta para con los animales que tienen en las verduras su manjar. Ergo, todo el mundo ha contratado los servicios de "Anti-Pesto", la empresa de Wallace y Gromit.

Pero el control humanitario tiene contrapartidas: la casa de Wallace y Gromit está repleta de conejos cautivos. Gromit lo tiene claro: además de alimentar a Wallace tiene que buscar comida para la creciente población de conejos que habita en el sótano. Wallace lo tiene claro: encantado con el éxito del negocio, se ha entregado a comer queso, su mayor placer.

En estas que una enorme, misteriosa y voraz "bestia" empieza a aterrorizar al vecindario, atacando los huertos de noche y destrozándolo todo a su paso. "Anti-Pesto" tiene por delante algo más que un reto profesional.

Princesas

Caye es una princesa de barrio, tiene casi treinta años y no está muy conforme con su físico: quiere operarse pero necesita dinero.		Zulema es una princesa desterrada y vive a diario el exilio forzoso de la desesperación, la vivienda por horas y el chuleo de unos papeles que no acaban de tomar tierra: quiere vivir pero necesita dinero.
Son muchas las chicas de aquí que ven con recelo la llegada de inmigrantes a la prostitución: las intrusas, venidas de fuera, les quitan el trabajo y rebajan las tarifas. Caye y Zulema no tardan en comprender que las dos caminan por la misma cuerda floja: princesas cuyo futuro reino no se plantea reforma alguna a su costa o excusa.

Cara de ángel

Frank Jessup trabaja como conductor de ambulancias pero sueña con montar un taller especializado en coches de competición. Una noche, en un servicio, conoce a Diane Tremayne, una jovencita rica y caprichosa, cuya madrastra ha intentado, aparentemente, suicidarse.

Diane seduce a Frank. Tras las relaciones sentimentales aparecen las relaciones de clase. Diane "compra" a Frank ofreciéndole un cómodo trabajo de chófer en la mansión familiar, con la opción añadida de la financiación de su soñado negocio de coches por parte de su madrastra.

Atrapado en las redes de la artera Diana, Frank empieza a darse cuenta de la grave situación en que se encuentra pero, según parece, su billete es sólo de ida; sobre todo cuando ambos se ven forzados a casarse para poder así conmover al jurado y librarse de la sospecha de asesinato que pesa sobre ellos a raíz de un desafortunado accidente de coche.